Por Matthew D. Rodríguez
10 de diciembre de 2023
Eramos siete o ocho, no recuerdo muy bien, pero íbamos por los caminos vertiginosos de Jayuya y Ciales rumbo a la Asamblea Nacional del Partido Independentista que se reunía en el Centro de Convenciones de Puerto Rico. Cuando arribamos a nuestro destino, me sorprendió la cantidad de personas que había allí. Nunca había asistido a un evento político en mi vida y toda la vida los medios me habían dicho que el PIP no era un partido que podía competir con el PNPPPD que por décadas a mantenido una hegemonía política sobre “La Isla del Encanto”.
Al parecer las cosas han cambiando y los “pelus” como el sistema ha llamado a las personas que más allá de todo, han querido ver un cambio genuino y positivo para el país, están ganando piso gracias en parte a la alianza que han formado con el Movimiento Victoria Ciudadana. La alianza ha fortalecido al partido y ahora puede competir en las urnas contundentemente con los mismos de siempre.
Se cantaron muchas canciones y se ondearon distintas banderas, pero sobre todo la monoestrellada en la sala abarrotada de personas sedientas por un cambio. Berríos, Márquez, Santiago y Dalmau dieron sus discursos y sus poderes de oratoria me conmovieron.
¿Y por qué?
Porque sus discursos me parecieron honestos y genuinos, algo que nunca había experimentado con los demás partidos a través de años de consumo de noticias politizadas y mensajes diseñados para destruir al espíritu puertorriqueño.
Me dieron esperanza y me dio gusto y orgullo ver a gente que llevan gran parte de sus vidas dando la batalla por el cambio allí presentes y firmes en sus convicciones demostrando gran valor y compromiso como los señores de abajo.
Solo puedo esperar que si el partido de la libertad triunfa en las urnas el próximo año, no me defraude ni a los demás de los votantes. Mis instintos me dicen que lo más probable es que buenas cosas ocurran si triunfan, pero todos tendremos que estar alertas y prestando atención para que las cosas pasen para bien y no se queden iguales.
Tengo esperanza que un día pronto veré a un Puerto Rico que ponga manos a la obra y nosotros mismos nos saquemos adelante, porque sí podemos, porque sí somos capaces y juntos alcanzaremos una patria digna, justa y productiva.
Puerto Rico es nuestra madre, ¡honrémoslas!