El que exige mucho pronto encontrará la decepción

¿Podemos ser perfectos?

Por el momento, no y no puedo concebir que sea posible en el futuro. Pero, ¿qué sé yo?

Lo que puedo decir con certeza es que las personas con los coeficientes intelectuales más altos del mundo cometen errores comunes y corrientes al igual que nosotros los seres mortales. Son humanos y hasta donde yo tengo conocimiento, ninguno de nuestra especie tiene la capacidad de ejecutar infaliblemente todos los quehaceres del día a día. Quizás no dormimos bien la noche anterior, se nos pasó la hora de comer, estamos deshidratados o simplemente andamos pensando demasiado.

La cuestión es que ni ellos ni nosotros somos robots que pueden seguir al pie de la letra los comandos para los cuales fueron programados incansablemente. Más aún, las máquinas fallan y necesitan mantenimiento.

Entonces, ¿por qué presionarnos tanto y exigirnos algo inalcanzable como la perfección?

¿Para decepcionarnos?

No es pecado ser humano y es de humanos errar. Podemos ser eficientes, astutos e inteligentes, pero no infalibles. No podemos tener la respuesta a todo que nos ocurre o nos ocurrirá y cada cual de nosotros va por su propio camino, construyendo nuestra propia historia. Si no es que nuestras historias ya están escrituras por algún autor o autores en el más allá.

La vida es un misterio y por eso debemos recordar manejar nuestras expectativas cuando nos sintamos abrumados por las cosas de ella y, en vez, seguir hacia adelante.