Dale Carnegie escribió el libro Como ganar amigos e influenciar sobre los demás en 1936. Lo que puedo decir del libro, es que más allá de ser un libro de autoayuda, es un libro de sabiduría práctica dividido en seis partes.
La primera parte y el enfoque de este artículo se basa en las técnicas fundamentales para el manejo de las personas.
El primer capítulo se titula “Si quieres miel no agites a la colmena”.
¿Y qué rayos significa eso?
Significa que si queremos algo dulce o que algo bueno pase, no deberíamos crear las condiciones negativas para que algo malo pase. Si agitas a una colmena, las abejas saldrán y te picarán. No conozco a nadie que le guste que lo piquen las abejas. No sé, tal vez a usted le gusta.
El punto es que cuando nos queremos relacionar con los demás, no queremos crear esas condiciones negativas, en vez, queremos crear las condiciones apropiadas para que resulte algo positivo. Y pues un componente para lograr esta meta, consiste en no criticar a los demás, dice Carnegie. No hablar mal de los demás, no regañarlos, no repudiarlos, no gritarles. En fin, no hacer nada que vaya a poner a la otra persona a la defensiva. Porque una vez esté a la defensiva, las probabilidades de que la interacción se convierta negativa y no se logre nada positivo aumentan.
¿Y cuál es la psicología de todo esto? Pues la realidad es que no lo sé, pero Carnegie dice que a muchas personas no le gusta admitir cuando hacen algo mal y tienden a justificar y defender sus acciones o pensamientos si los atacan. Tiene sentido, ¿no? A mi no me gusta que me ataquen, ¿a usted sí?
Bueno no sé, supongo que hay gente que le gusta discutir. Existen abogados y esposas pues. Pero la mayoría supongo que simplemente queremos estar en paz y no estamos por ahí agitando colmenas.
Pero si de veras queremos hacer amigos e influenciar a las personas, no podemos estar criticando, regañando y tratando a las personas de malas. Solo conseguiremos enemigos y resentimiento contra nosotros, dice Carnegie.
Carnegie añade que no se puede lograr que una persona vea algo malo en su comportamiento o que admita que está equivocado si lo criticamos.
¿Cómo convertir a nuestros enemigos en nuestros amigos? Parece que una parte clave es no criticarlos. No le digamos que son tontos, que son malos o que deberían irse a tres cuadras más allá del infierno.
Las críticas hieren el orgullo del hombre, le quita su sentido de importancia y le aumenta el resentimiento, nos cuenta Carnegie. Recordemos, que a la mayoría de las personas no le gusta admitir cuando están mal o equivocados.
Las críticas, regaños y reclamos son errores estratégicos si buscamos influenciar a los demás. Y digo influenciar en el buen sentido de la palabra, porque estas mismas técnicas de comunicación pueden ser utilizadas para manipular a los demás. Y yo no estoy para el mal.
Si haz leído la introducción de mi página mi querido lector, ahí he dejado claro mis intenciones con todo esto. Siempre trataré fervientemente de alinearme con el bien y espero que usted también.
Bueno, entonces ¿qué debemos hacer en vez de criticar? Buscar entender a los demás. Todo el mundo es un mundo distinto y por ende tenemos que entender a los demás si queremos su amistad.
¿Cómo?
Escuchando, observando, dialogando y tomando notas. ¿Qué en realidad sabemos de los demás si no buscamos como entenderlos? Adivinar es lo peor, hay que estudiar al otro. Conocerlo de verdad, pero con fines positivos, como ser útiles para ellos. Si hacemos el bien es más probable que atraigamos el bien a nosotros. No siempre, pero es bueno ser bueno.
En vez de lanzar duras críticas y dedicarnos a aumentar resentimientos, deberíamos perfeccionarnos dice Carnegie. Más bien, es trabajar para llegar a la mejor versión de nosotros mismos, en vez de alcanzar la perfección ya que eso no es posible.
Tenemos que limpiar nuestra casa en vez de quejarnos de que la casa del vecino está sucia.
En vez de intentar que los otros cambien, es más fácil y menos peligroso cambiarnos nosotros mismos, dice Carnegie.
Y pues estoy de acuerdo. Hay otro hombre llamado Jordan B. Peterson que habla de esto mismo, pero discutiré sus ideas por separado.
Por ahora, recordemos lo que dice Carnegie, y lo parafraseo:
Las personas son criaturas emocionales más que lógicas. Están llenas de prejuicios, orgullo y vanidad, y por lo tanto si los criticamos y atacamos, ellos se defenderán.
Cualquiera puede criticar, condenar y quejarse, pero toma carácter y autocontrol el entender y perdonar, nos dice el autor.
Y así culmina la discusión del primer capítulo. Espero que le haya servido y sígame para el próximo si desea.