16 de diciembre de 2023
Por Matthew D. Rodríguez
Esta historia comienza entre los montes utuadeños en un pequeño barrio al occidente de la Ciudad del Viví: Roncador. Iba transitando por la 111 hacia la Ciudad del Grito. Pensaba como muchos puertorriqueños en el mal estado de las carreteras y como los que se tiran para alcalde prometen y prometen pero no hacen nada. Las carreteras echas añicos y la indiferencia dominando el panorama. Al menos así pienso algunas veces.
Pero esta ves mi espíritu se levantó nuevamente. Iba para Lares a intentar darle vida a esta historia. Ahí por la Avenida Los Patriotas arribé a mi destino: Los 3 Palos.
Cuando llegué al chinchorro lareño que daría inicio a la ruta del 6to Parradón Navideño en beneficio a la Fundación de Niños de Puerto Rico de Disfruta Maricao, me regocijé al ver que los fiebrus ya se encontraban en el lugar.
Los Suzuki Samurais de distintos colores que ocupaban el aparcamiento, estaban pulidos y brillados; la música provista por Joyto Sound ambientalizaba el día caliente y soleado. Mis ánimos comenzaban a aumentar.
Ya la gente se estaba dando sus tres palitos, listos para el parrandón navideño que culminaría en Las Marías con interpretaciones por el Trío Homenaje, auspiciado por el Municipio de Las Marías y su alcalde Edwin Soto Santiago.
Un gatito negro se paseaba entre las sillas y personas que acudían al establecimiento.
Disfruta Maricao y la familia Acevedo Seda portaban camisas color vino con la palabra wepa escrita varias veces, la isla bañada en los colores de nuestra bandera y el logo de la fundación decorado con una pava.
Todo comenzó en 2018 con Michael Zayas, presidente de Disfruta Maricao, una organización sin fines de lucro que se dedica a promocionar los encantos maricaeños y a la labor comunitaria. Michael ideó la iniciativa de recolectar fondos para los niños del Hospital San Jorge, ubicado en Santurce.
Para ese entonces, Alex Acevedo Seda se encontraba hospitalizado para la época navideña. Logra ser dado de alta antes de las festividades navideñas, pero con corazón noble se quedó pensando en los demás niños que no podían compartir con sus familiares a causa de sus hospitalizaciones.
Michael contacta a la familia del niño y Alex le sugiere que recolecten juguetes para los niños que permanecían en San Jorge. Michael accedió y desde hace seis años se llevan a cabo los parrandones por esta causa.
Otra familia, la familia Vélez Ruíz del barrio Indiera Baja de Maricao ha estado presente en todos.
Maricao Jeep, fundado en el 21 por el matrimonio de Rafael Rodríguez y Maria Xiomara Olán, también mostraron su apoyo a la causa de Disfruta Maricao. Su grupo se conforma hasta el momento por 18 Jeeps cuyos dueños aportaron al menos un juguete por cada vehículo para la causa.
Este año decidieron hacer las cosas diferente y los anfitriones serían Lares y Las Marías para así llevar el mensaje más allá de Maricao.
La recolecta de juguetes fue exitosa y gracias al Municipio de Sabana Grande y a Carlitos Busline, los juguetes llegan al hospital para ser entregados por Disfruta Maricao cuando la fundación esté lista para recibirlos.
Al culminar mi charla con Michael, entre la muchedumbre y la música, me presentó a otro joven, Antonio Moreno, presidente de Viajando Borikén que fue a apoyar la gesta social. Vijando Borikén inició operaciones el mes pasado con un fin de servicio comunitario pero especializado en deportes y las artes.
Antonio, natural de Mayagüez y graduado del RUM, se ha visto envuelto en proyectos comunitarios desde el 2016 en Culebra, Maricao y Las Marías. Hasta el momento, la organización ha completado 200 horas de servicio comunitario.
Dos chicas asistieron en atuendos festivos y junto a la hermana de Alex, quien vestía como Papa Noel y un joven disfrazado del Grinch, animaban la fiesta.
El cielo nubló luego de la sesión de fotos que lancé.
“Ojalá y se aguante”, dijo Michael refiriéndose al potencial aguacero que se avecinaba.
La lluvia aguó un poco la fiesta, pero los fiebrus venían equipados con sus toldos vehiculares y nada detuvo la fiesta.
Betances me estaba mirando, y yo nervioso, solo esperaba hacer un buen trabajo.
En un momento de silencio y reflexión me quedé pensando: si algo le gusta a los puertorriqueños es el chinchorreo, que buena manera de llevar un mensaje, ¿no?
El sol volvió a resplandecer momentos antes de iniciar marcha hacia la próxima parada: La Cabaña Bar & Grill.
Salimos rumbo a la intersección 124, pero en el camino me equivoqué de camino y tuve que virar; en el viraje me encontré con un letrero borroso que dirige hacia el Parque Ceremonial Indígena ubicado en el barrio utuadeño de Caguana.
Al reincorporarme a la 111, tomé una izquierda por la entrada del barrio Espinoso de Lares por la 436 al ver la caravana que trajo la parranda al pueblo de José Feliciano y donde por vez primera se proclamó la República de Puerto Rico durante el Grito de Lares el 23 de septiembre de 1868.
El barrio Espinoso es muy lindo, agrupa sectores y comunidades en su interminable pero agradable loma. Loma que me acordó a una querida señora que conozco hace mucho tiempo y quien le teme profundamente a las alturas.
Durante mi acenso, me encontré con el negocio de abajo que pensaba que era La Cabaña Bar & Grill y me vi tentado detenerme en el para disfrutar de la espectacular vista, pero lo seguí, tenía un trabajo que hacer.
Entre más charlas y fotos, lamentablemente tuve que cortar esta aventura que seguía hacia el Colmado Santiago y La Barrita Cuevas en Maricao donde el Trío Homenaje traería la magia de la navidad boricua porque mi rumbo conducía nuevamente a Coabey, Jayuya.
Al irme de La Cabaña me recordé del aceite que necesitaba el carro al observar dos caballeros haciendo lo mismo que yo tenía que hacer.
Paré en Auto Zone e hice lo que tenía que hacer. Por cierto, también me cayó refrigerante en los zápatos que de seguro ya me odian.
Antes de seguir hacia Jayuya, decidí parar en los chinchorros cerca del mirador dedicado a Mariana Bracetti, creadora de la bandera de la República de Puerto Rico.
Me bajé del carro y miré hacia el cielo por si venía lluvia, pero me sorprendió ver una especie de avioneta volando bien alto, como una paloma blanca entre cielos despejados.
Encontré una mesa con vista al casco urbano lareño y bajo la sombra y brisa de los árboles me senté a escribir esta historia…